martes, 5 de mayo de 2015

Necochea: La colonia de lobos no para de crecer, pero no afecta la pesca


Lo aseguró una estudiosa del tema. En la actualidad
hay unos 350 ejemplares. En verano merma
considerablemente la cantidad


La experta en biología marina Gisela Giardino, quien apoyó su tesis doctoral en una exhaustivo estudio de las colonias de lobos de Necochea y Mar del Plata, reconoció el constante crecimiento del número de animales en el sector de la Escollera Sur, que hoy llega a unos 350, aunque negó que los mismos hayan "terminado con la pesca”, como afirmaran a Ecos Diarios amantes de esta disciplina.

Giardino, quien nació en nuestra ciudad, apuntó que "por distintas razones (descenso en el descarte pesquero, redistribución de los ejemplares dentro de ambos puertos, etc.) ambas colonias comenzaron a presentar distintas tendencias poblacionales, con un descenso en Mar del Plata, y un ascenso en Necochea, con un creciente intercambio de ejemplares entre ambas colonias. 

Luego de un período de estabilidad a partir del 2008 los animales cambian la distribución y, actualmente cuentan con un promedio de 250 a 350 animales fuera de la época de apareamiento (verano), cuando ambas colonias descienden bruscamente en su número por la partida de animales para reproducirse en la Patagonia y Uruguay”.


Desde 1980

La profesional, quien forma parte del Grupo de Investigación "Biología, Ecología y Conservación de Mamíferos Marinos” de la Universidad de Mar del Plata e integra el grupo de investigadores del Conicet, explicó que "esta colonia de lobos marinos de un pelo sudamericano (Otaria flavescens) comenzó a asentarse a Necochea a fines de la década del 80 con unos pocos animales que habitaban en la zona de operación del Consorcio de Gestión Puerto Quequén”.

Luego apuntó que "los animales probablemente eran originarios de la vecina colonia de lobos marinos de Mar del Plata, que por entonces albergaba unos 600-800 animales. Ambas colonias están formadas por machos de distintas edades, no registrándose ni nacimientos ni la presencia de hembras adultas”.


No inciden en la pesca

Echando por tierra lo expresado por los pescadores en cuanto a que los lobos marinos han provocado la falta de peces en la escollera, Giardino resaltó que "los viajes de alimentación duran en promedio 3 días, por lo que seguramente sus áreas de comida podrían ubicarse a una distancia de entre 100 y 150 kilómetros de la lobería. Por lo tanto, no hay elementos que permitan responsabilizar a los lobos por un aparente descenso de la pesca deportiva en la escollera”. 

Luego añadió que "lo que sí es necesario considerar es el descenso en los stocks pesqueros, producto de la pesca comercial en toda la costa bonaerense, la cual ha históricamente causado secuenciales crisis pesqueras. Hacer responsables de esta cuestión a un pequeño grupo de lobos marinos no solamente es injusto, sino que probablemente muy alejado de la realidad”.

En cuanto a lo que comen estos mamíferos de la colonia local, se indicó que "tienen una alimentación basada en un pequeño pez, conocido como raneya (Raneya fluminensis), que pertenece a la misma familia que el abadejo, pero que carece de interés comercial, y secundariamente se alimenta de jurel y pescadilla”.

En el final, la profesional afirmó que "Necochea y Quequén se caracterizan por poseer las playas más extensas de la provincia, así como mucho lugares río arriba, por lo que dejar ese pequeño sector del playa para el asentamiento de los lobos marinos resultaría lo más aconsejable, ya que son un atractivo turístico muy importante, mientras la pesca deportiva pueda desarrollarse perfectamente en otros sectores de la zona”.

Estas aseveraciones seguramente no serán bien vistas por los amantes de la pesca, que tienen en la escollera un lugar tradicional para despuntar "el vicio”, aunque por otro lado el asentamiento de los lobos es promocionado como un atractivo turístico más de Necochea”.


Cerco perimetral

De las palabras de la profesional se desprende que la colonia de lobos seguirá permaneciendo en la playita lindera a la escollera Sur y seguramente con un crecimiento exponencial que puede transformarse en un problema a corto plazo para aquellos que pretendan disfrutar del paseo.

Como paliativo, Giardino propuso la construcción de "un cerco perimetral para evitar el contacto cercano de los lobos marinos con los visitantes, tal como desde nuestro Grupo de Investigación y la Estación Hidrobiológica hemos propuesto a las autoridades portuarias oportunamente”. 

"No es aconsejable que las familias con niños pequeños utilicen el mismo espacio que los lobos marinos, no porque los mismos sean agresivos, sino porque la concentración de materia fecal puede resultar en un ambiente desaconsejable desde el punto de vista sanitario”, acotó.


No dañinos

La investigadora aseguró que "plantear ligeramente que son especies dañinas o perjudiciales puede originar actitudes o acciones hostiles hacia los animales asentados en Puerto Quequén, más aún cuando quienes opinan carecen de la información necesaria para aseverar causas y efectos en una colonia tan importante”.

"Los lobos marinos son parte integral de la biodiversidad marina del Mar Argentino y, al igual que el resto de las especies de mamíferos marinos de Argentina, se encuentran protegidos legalmente de cualquier tipo de explotación y/o matanza”, concluyó la doctora en biología marina.


Fuente: Ecos Diarios


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