jueves, 19 de marzo de 2015

El cuidado de la fauna íctica


La pesca con devolución, tan asociada a la pesca de truchas
(legado de una escuela de pesca inglesa), felizmente se impuso
también en nuestro Litoral, donde los concursos tienen
como requisito la devolución obligatoria de piezas


Se sabe que una golondrina no hace verano, y que el problema de la escasez de diversas especies ícticas no se va a resolver por un concurso donde se devuelvan unas pocas piezas.

Pero también se sabe lo importante que es dar el ejemplo. Los pescadores deportivos deben preservar el recurso que tantas satisfacciones les brinda.

Al cuidado de nuestros recursos deben sumarse los malloneros y acopiadores de pescado, los funcionarios de turno que hacen la vista gorda a la depredación y los legisladores que no legislan ni siquiera leyes conjuntas para armonizar las vedas entre provincias que comparten el mismo río.

Los últimos torneos reflejan la pobreza de pesca: pocas piezas y de escaso tamaño. Lo mismo sucede con la pesca de costa que realizan personas comunes que buscan productos del río para el sustento familiar.

Vale señalar que la Secretaría de Turismo de la Nación auspicia, desde hace varios años, únicamente concursos de pesca con devolución.

De un tiempo a esta parte se habla mucho del medio ambiente y de la preservación de nuestros recursos naturales, sin embargo poco y nada se pone en práctica muchas de las iniciativas, algunas de ellas respaldadas por confiables estudios realizados por personas entendidas en la materia.

Un caso paradigmático se da en lo que hace a la fauna íctica, con innumerables torneos de pesca de distintas especies en varias ciudades de la provincia, aunque, felizmente, con la modalidad de “captura con devolución”.

Los pescadores, sean deportivos, comerciales o aquellos que lo hacen para la subsistencia diaria, pueden dar fe de que nuestro majestuoso río Paraná muestra una innegable depredación de ejemplares, los que abundaban años atrás y podían ser pescados aún desde la costa.

Indudablemente en esto mucho tiene que ver la falta de control -prácticamente nula- de la actividad de los malloneros y de otros pescadores -inclusive los deportivos- que se encargan de llevar a la fauna íctica casi a la extinción.

Por eso es que últimamente se adoptó la decisión de aplicar la veda íctica -algunos especialistas dicen que le fecha escogida no es la correcta-, medida resistida en su momento por los pescadores malloneros.

El control de la veda íctica también tendría que hacerse con los pescadores “de subsistencia”, quienes no escatiman en extraer del río ejemplares pequeños, interrumpiendo el ciclo de la vida (crecer y reproducirse). Esto se puede observar en la avenida costanera, donde diariamente se instala gran cantidad de personas provocando un serio daño a la riqueza del Paraná.

La pesca con devolución como así también la prohibición de la pesca deportiva con extracción de especies emblemáticas como el dorado, son dos medidas que sirven a la cadena de protección de la fauna íctica del río Paraná.

Existen normativas de protección de las especies. Falta que los pescadores tomen real conciencia de que es necesario cuidar la fauna íctica.


Fuente: El Litoral


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