En una zona donde confluyen especies de verano
e invierno, nos dimos el gusto en bait y fly cast
con los pirayús, pero también metimos
flechas de plata gareteando en los juncales.
Un lujo poder combinar ambas pescas
Pejerreyes y dorados en un mismo día? Sí, se puede.
Y el punto de encuentro de ambas especies es el tramo inferior del Paraná, a la altura de San Pedro.
Allí se pueden lograr especies de verano y de invierno en pleno julio, con aguas claras por las heladas que favorecen los piques de pejerreyes y sardinas, pero también ofrecen máxima visibilidad a los artificiales que tientan a combativos dorados.
Aunque parezca ir a contramano del almanaque y el frío no ayude, el dorado se activa mucho cazando sardinitas y pejes en pleno invierno en esta zona de las Lechiguanas.
Así las cosas, viendo los posteos en su Facebook del guía Ruly Ferreyra, lo tentamos para hacer un relevamiento de ambas especies y enseguida nos encontramos sorteando Panamericana y autovía a Rosario hasta el Km. 166, donde entramos en la salida El Tala para llegar al puerto Sanpedrino y embarcar en el Club Náutico local.
Sólo 2.000 metros navegamos antes de empezar a castear en fly cast en la zona de La Brava, pasando media hora sin piques hasta lograr los primeros doradillos.
Cañas 7-8, moscas oscuras y voluminosas, tipo streammers con ojos de plomo, línea WF de flote y leader de 0,40 sin reducción y con un terminal de acero de 15 libras, fueron los equipos utilizados.
Logramos algunos doradillos de menos de 2 kilos.
Y en la zona del arbolito, corredera de Domínguez, la correntada hacía imposible usar moscas y pasamos al bait cast. En este caso, los dorados fueron de 2 a 3 kilos, y se hacían fuertes en las correntadas de la corredera.
Se lucieron los señuelos Tech Devil Minnow, las bananas de Alfer's de Bait, las Sardinas Spinit y los renovados Tucán de la firma Pez.
Satisfechos con haber dado con escamas color oro, pasamos a las flechas de plata.
El pejerrey se instala firme en San Pedro desde la segunda quincena de junio hasta mitad de agosto, siendo éste un mes muy bueno para la pesca en donde grandes cardúmenes se esparcen en la zona.
Los primeros intentos los hicimos anclados, en un hermoso remanso donde nuestros anfitriones suelen descansar de agotadoras jornadas de fly mateando un rato mientras tiran las boyas en busca de flechas de plata.
El lugar permite esto, ya que la línea se deja derivar a pocos metros del bote y trabaja en forma circular, ofreciendo por el movimiento del agua un amplio rodeo de unos 30 o 40 metros antes de volver casi al punto de partida.
El lugar era inmejorable para una pesca "cómoda", pero -siempre hay un pero- no esperábamos el imprevisto quite de colaboración de nuestros amigos subacuáticos y en resumidas cuentas, no tuvimos un pique.
Mucho mejor nos fue al garete en el juncal de Las Rayas, con una profundidad de 3 metros donde usualmente se congregan las flechas.
Usamos líneas de tres boyas (esféricas o chupetonas pequeñas) con un metro de distancia entre boyas, y aprovechando que el viento había aflojado un poco soltamos el ancla de capa empezando a "barrer agua" lentamente.
Los piques no tardaron en llegar: flechas de 25 a 35 cm picaron en brazoladas oscilantes entre 20 y 30 cm con las mojarras medianas que nos procuramos desde el origen tras pasar por Carnadas El Abuelo.
Al sacar una anchoa, combinamos mojarra con filet de esta especie y multiplicamos las capturas, logrando una docena de pejes de excelente tamaño.
Así las cosas, nos dimos un gusto bárbaro logrando pejes y dorados a sólo 165 Km. de Capital. Nada mal.
Vaya y disfrute con la especie que más le guste.
Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular
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